Blog de Edgar Lantigua

Opinión, Política y Comunicación

Tribuna del Atlántico De calamares y fuego

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De Calamares y fuego

Puedes escuchar nuestro artículo de esta semana aquí

podcasts.apple.com/do/podcast/la-charada-del-13-y-la-corrupción/id1668131226

La charada del 13 y la corrupción

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Haití, Claude Joseph y el destino incierto

El día que Abinader perdió las elecciones, la oportunidad perdida

Foto-de-Luis-Abinader
En política, como en el béisbol, puede parecer aventurado predecir con certeza el resultado antes del out 27 o del día D, el día en que se realizan las votaciones, pero como en un juego donde alguien va ganando por 10 carreras en el noveno, resulta más que evidente que, para estas elecciones, ya las cosas están decididas.

No hace falta ser Erich Von Daniken, ni escribir “Recuerdos del Futuro”, para darse cuenta que, lo que dicen las encuestas a 20 días de las elecciones, es que Luis Abinader necesitaría un milagro o Danilo Medina una hecatombe para que los resultados no sean como indican las encuestas.

Todo el que haya observado del proceso político dominicano en los últimos, 20 años, sabe que, a estas alturas las cosas suelen estar bien definidas y que, las firmas encuestadoras suelen afinar la puntería.

Dicho esto, cabe preguntarse, ¿Cuándo fue que Luis Abinader perdió estas elecciones? Ciertamente no el 15 de mayo que, por cierto, aún no llega. Fue antes, en algún momento después de que, con aparente buen augurio, se anunciara su triunfo en la convención del PRM.

Tal vez el momento preciso fue aquel en que ni él ni sus asesores supieron descodificar los elementos básicos en que montar su estrategia, la cual decidieron descansar en factores de poca ponderación para el común de los electores dominicanos.

Veamos: Desmedido afán por montarse en la ola de la lucha anticorrupción que, pese al escenario internacional y los esfuerzos internos de hacer de este un tema principal, evidentemente aún no es, El tema, para la generalidad de los electores. Apenas 13.2 % lo considera el problema principal, según la Gallup-Hoy de esta fecha. Error en tiro.

Excesivo interés de ser o parecer el candidato de la embajada, cuando ya, terminada la época del mundo bipolar ideológico, el de la guerra fría, a los electores, en especial a esa inmensa mayoría de menos de 35, les importa menos que un pepino, que casi ni los comen en las ensaladas, lo que piensen los americanos, a menos que no sea para ver si se consigue una visa.

Se sumaron muy pronto al discurso liberal en temas espinosos, como el aborto y la agenda gay, olvidando que este pueblo, les guste o no, es esencialmente religioso y que si en algo ha disminuido el catolicismo no es por la fuerza de un pensamiento laico, sino por el avance, como en otros lugares, de las corrientes evangélicas, es decir la suma del pensamiento conservador religioso sigue, casi intacta.

Desdén casi absoluto por los seguidores de la corriente de Hipólito Mejía, fundamentales para consolidar la naciente organización, lo que se expresa en una verdadera hemorragia de seguidores del ex presidente mudándose al partido de poder en diferentes demarcaciones.

Partir del supuesto de que Leonel no se integraría a la campana del PLD y que mandaría con esto una señal a favor de su candidato. Una idea no solo peregrina, sino además carente de ninguna base cierta, por muy doloroso que fuera el “Quirinazo”.

Y, lo que es peor, no concentrarse en las propuestas lo suficiente para poder enganchar con el sentimiento popular, para que estas sirvieran de punto de apoyo y mover así las ansias de cambio, naturales cuando un partido tiene 12 años en el poder. ¿Qué cosa ha propuesto verdaderamente novedosa en materia de lucha contra la delincuencia, para combatir el desempleo o la inflación? Guiliani, por lo visto, no ha sido suficiente.

Abinader no fue capaz de lograr convertirse en un sueño mayor que el que representa el actual presidente que, con su estilo cercano, su apoyo a los sectores populares, las visitas sorpres y su gran inversión en la Educación, constituye un referente nuevo, solo sustituible por una propuesta que lograra encandilar aún a los más creyentes del nuevo modelo impuesto por Medina.

Puede parecer arriesgado decirlo, pero, cualquiera que hay vivido y leído los procesos electorales dominicanos desde el 78 para acá, sabe que la guerra política del 15 de mayo termino hace rato y que lo que se discute ahora es si Medina supera con 1,2,3,4 o 5, el 60%.

Luis Abinader no teniendo posibilidad de alcanzar los niveles históricos del PRD de donde procede, al obtener entre el 27 y el 32 % que le dan las firmas más acreditadas, no sólo podría haber perdido su gran oportunidad de ser una opción real de poder en el futuro, sino también su condición actual de líder de la oposición.

No sabemos si como dijo el maestro García Márquez que: “las especies condenadas a 100 años de soledad, no tienen una segunda oportunidad sobre la tierra”, el joven político tendrá o no la suya.

Las encuestas y el maestro Dorín Cabrera

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Cualquiera que haya seguido con algún nivel de detenimiento, el quehacer político dominicano en los últimos años, sabe que, José Cabrera, Dorín, es un maestro en todo lo relativo a las encuestas, el mercadeo y la publicidad política.
Es cierto también, que los que estamos ya frisando la cincuentena, aprendimos hace tiempo que, a los maestros, sobre todo a los de antes, no se les corrige, a lo sumo se puede llegar a disentir, amablemente con ellos.
Eso intentaré hacer.
Lo primero es que en la página publicada ayer por la firma Alfonso Cabrera y Asociados se establece un cuadro que da cuenta de la variación en negativo de la intención de voto a favor del presidente Danilo Medina versus la variación en positivo de Luis Abinader, situando al mandatario en un nada desdeñable 58 por ciento, para redondear y a Abinader en un 37 por ciento, también redondeado.
La primera curiosidad del gráfico es que comienza con una cifra, 90% para el presidente y candidato, la cual corresponde a opinión favorable y no a intención de voto, como bien sabe el maestro.
Es en septiembre del 2014 cuando Gallup presenta un primer escenario concreto, bis a bis, Danilo, Abinader con 73.1 para el mandatario y 14.2 para el hoy candidato del PRM. En noviembre de ese año Penn & Schoen 70% a 16% y en marzo de este año, la misma firma 68% a 19%. Entre otros estudios de opinión.
Nótese que no estoy analizando los resultados de firmas que puedan ser consideradas afines al partido gobernante, algunas de las cuales tienen un historial de aciertos más que respetable, impresionante, como el caso de ASISA.
En términos netos esto representa una reducción en el caudal del jefe del estado de 15 puntos porcentuales y un magnífico incremento del candidato opositor de 23 puntos, lo cual nos haría de inmediato reducir drásticamente las respectivas líneas de caída y subida de ambos, que proyecta Cabrera con lo que el mandatario proyectaría, siguiendo su línea argumental, realmente un triunfo en primera vuelta, con entre 51 y 53%. ¿Verdad profesor?
Lo otro que tiene que ver más con la observación sociológica del fenómeno político, que con la fría estadística, es que aún el 73 por ciento del mandatario en 2014 no era un valor absoluto, por una razón sencilla, apenas decantaba la más reciente división del PRD que dio como resultado el surgimiento del PRM, que no definía aún su cuadro electoral.
Era un momento dorado para el presidente que impactaba con las visitas sorpresa, en medio de un vacío opositor.
Definidas las opciones, es claro que el PLD y su candidato presidencial pueden esperar, siendo realistas, un nivel entre el 55 y el 60 %, y el PRM consolidar su posición como eje opositor entre el 37 y el 45 por ciento.
El ejercicio del maestro Cabrera solo sería válido si, de aquí a mayo, todos los golpes fueran puntos a favor de Abinader, sin un solo contragolpe del gobierno y el PLD. Lo que el partido morado a demostrado es que sabe jugar sus cartas para preservar el poder.
Es claro que, desde el PRM se apuesta a crear la impresión de un desplome de la candidatura oficial, con encuestas como la de CIES, dada a conocer esta semana.
Con todo, hay planteamientos de Dorín que el PLD no debería pasar por alto, la tasa de disgusto o desmotivación de un segmento importante de los peledé, el nivel de desempleo de los mismos, que sitúa en alrededor de 19%, es decir algo por encima del promedio general y, sobre todo, una palabra, a la que no puede quitarle el ojo, ni por un segundo, un partido que, como el morado, busca su cuarto período consecutivo, la palabra CAMBIO.
De eso si tiene que cuidarse el PLD.
Los números aún favorecen una relativamente cómoda reelección del presidente.
Con el perdón del maestro.

En la Riviera Maya se afanan por un centro de convenciones, en Puerto Plata cuando lo haremos?

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Un artículo publicado en esta fecha en el portal turístico Reportur de México, pone de manifiesto de manera clara las diferencias de visión entre los actores de ese destino y una parte de los de Puerto Plata.
El artículo en cuestión expresa en esencia la preocupación de que Quintana Roo, que es el estado al que pertenece toda la Rivera Maya, Cancún, Playa del Carmen, Xcaret, etc., no tiene en la actualidad la infraestructura para hacer eventos para más de 4000 personas.
Veamos:
«Flota Ocampo y Gosselin coincidieron en señalar que existe la infraestructura hotelera, pero no de salones, porque no sólo son participantes, sino una logística especializada en transporte público, en estacionamientos, en áreas de maniobras para carga y descarga, entre otros factores alrededor de este tipo de eventos y la derrama que dejan los grupos y convenciones».
Aquí, que no tenemos el espacio para hacer  eventos para más de 500, eso parecería no preocupar mucho a algunos actores del sector.
Si acaso se quisiera una solución parcial, un centro pequeño en Playa Dorada que resuelva las necesidades de ese destino, pero no una solución integral, como la que hemos planteado en las instalaciones del hotel Montemar.
Donde existe el espacio para construir las facilidades modernas que se requiere y así potenciar un mercado cada vez más grande en el mundo y en particular en el Caribe.
Allí, en el Montemar, hay el espacio para la edificación, el espacio para el parqueo y hasta para embellecer la zona.
Ni que decir de su ubicación a 5 minutos de Costa Dorada y Playa Dorada, a 10 de Cofresí y 15 de Maimón, 15 del aeropuerto y media hora de Sosúa, es decir a no más de 30 minutos del grueso de la infraestructura hotelera de la región.
Cualquiera pudiera argumentar que no hay punto de comparación entre Quintana Roo y Puerto Plata y,  es cierto, se trata de un gigante frente a un pequeño destino, pero a lo que nos debe convocar la preocupación de los mexicanos de la Costa Atlántica es analizar, cómo, en consonancia con nuestra realidad y nuestro tamaño, podemos aprovechar para conseguir, un pedazo, o un pedacito, si usted quiere, del apetecible mercado MICE, que tanto impacto genera.
Ojalá y no nos pase como con lo del aeropuerto de Santiago, que no le hicimos caso al planteamiento del Ing. Pedro Delgado Malagon, en la revista Rumbo, y con la construcción del aeropuerto del Cibao, se nos fue el grueso del volumen aéreo que manejaba nuestro aeropuerto, ahora nos quejamos del precio de los pasajes.
El segmento de grupos e incentivos, conferencias y exhibiciones (MICE), es la gran oportunidad que tiene Puerto Plata de crecer, pudiendo, al cabo de unos años, representar 100 o 150 mil turistas adicionales para Puerto Plata, esto es entre un 25 y un 30 por ciento más de lo que hoy recibimos, según estima un periodista que sabe mucho más que yo de todo esto, Manuel Quiterio Cedeño.
Es tiempo de empoderarnos de la idea del Centro de Convenciones en el Montemar, en la Rivera Maya están en eso, conforme a su tamaño, claro está.

La idea tonta de un Centro de Convenciones en el Montemar

Montemar

Don Rafael Herrera, el mítico director del Listín Diario, que dio, durante años, cátedras de buen periodismo y a través de sus editoriales demostró un agudo conocimiento de los temas económicos, olfato político, sensibilidad social, apego al respeto de las libertadas públicas en tiempos muy difíciles, entra otras notables cualidades, solía plantear en sus editoriales y artículos de opinión lo que llamaba, “Ideas Tontas”.

Con mucha frecuencia detrás de esas “Ideas Tontas” de don Rafael había profundas reflexiones que procuraban soluciones a los temas más críticos de la realidad, política, social o económica del país. A don Rafael tuve el privilegio de conocerlo en noviembre de 1977, cuando mi padre Epifanio Lantigua, me llevó a conocer la redacción del Listín Diario. Con apenas 12 años, no soñaba ni aspiraba a ser periodista.

Líbreme Dios de compararme con un periodista de su talla, ante quien no me sentiría digno, desde el punto de vista periodístico, ni siquiera de anudarle los cordones de los zapatos. Solo tomo prestada su expresión para exponer una idea, probablemente tonta, en el más amplio sentido de la palabra, sobre la cual he reflexionado un poco.

¿Por qué insisto en la idea de un Centro de Convenciones en los terrenos del antiguo hotel Montemar?

Sencillamente porque creo que es un lugar estratégicamente ubicado, a 5 o 10 minutos del grueso de la planta hotelera de la región, Playa Dorada, Costa Dorada, Cofresí, Maimón. A 20 minutos de Sosúa, que, por cierto, cuenta con un excelente centro de convenciones actualmente subutilizado. En la mayoría de las ciudades los centros de convenciones y eventos están a más de 30 minutos de los centros hoteleros.

Esta propiedad tiene el terreno necesario para contar con suficiente área para facilidades colaterales, parqueos, por ejemplo, que no tienen en cantidad suficientes los posibles centros que se han planteado en Playa Dorada u otros lugares.

Creo que a la PUCMM es a quien más le convendría ser socia estratégica de Puerto Plata en una iniciativa que daría impulso a un segmento de turismo, el de convenciones, con un enorme potencial y que podría tener un gran valor para los estudiantes de la carrera de turismo que ofrece la universidad en su campus de Santo Domingo.

Ni que decir que Puerto Plata puede aspirar a un pedazo del pastel que representa el turismo de convenciones, Punta Cana, dicen, tiene 35 centros de convenciones, no sé si la cifra es cierta o es exagerada, habría que ver, lo cierto es que al cabo de unos años esta provincia podría aspirar a mover 100 o 150 mil turistas MICE al año. Si usted le suma eso a los menos de 400 mil que recibimos actualmente podríamos llegar a 550 mil turistas en un tiempo razonable.

Para quienes cuestionan la rentabilidad de una iniciativa de este tipo, yo que defiendo la validez de la inversión en el anfiteatro, aunque critiqué y critico, el desparpajo con que, sobre todo inicialmente, se trató el tema de las edificaciones históricas de sus alrededores, en especial la “Ciudadela Militar” construida por el general Gregorio Luperón, pero habría que preguntarse si estas instalaciones tendrían, para el destino, mayor capacidad de atraer turistas que un centro de convenciones en forma.

Lo que hemos planteado es una solución armónica que respeta el hecho de que el Estado Dominicano, para bien o para mal, donó esas instalaciones a la PUCMM. Rescata su utilidad como centro de formación en un área específica de interés regional y nos colocaría verdaderamente como un destino completo que conjuga una excelente oferta de diversión y aventura con las facilidades necesarias para eventos, “más serios”.

Acaso no entra en sintonía este planteamiento con las iniciativas que promueven hacer del país un espacio para el turismo de salud. No podemos olvidar que uno de los sectores que más participa en congresos y eventos formativos para estar al día es precisamente el de los profesionales de la salud.

Si verdaderamente creemos en el potencial de Puerto Plata, deberíamos permitirnos creer que es posible desarrollar este segmento del turismo en nuestra provincia.

O tal vez esta es la segunda idea tonta de este artículo.

Yo, por mi parte seguiré creyendo, aunque sea el único que lo haga, en esta tontería que alguna vez se me ocurrió y que vengo repitiendo como papagayo a todo el que quiera escucharla, desde año 2012.

El poder de las palabras

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Con cuanta frecuencia olvidamos el poder de las palabras, su trascendencia e impacto. Tanto que, con frecuencia, solo sentimos su verdadero valor, cuando nos dan con fuerza, como un portazo en la cara.
Es este poder, el de las palabras, que de pronto puso en el centro de la atención pública al doctor Alfonso Crisóstomo, El Querido, al calor del enfrentamiento con efectivos de la Autoridad Metropolitana de Transporte, AMET.
Un conflicto, justo es decirlo, en el que, si bien El Querido, se salió, de palabras, de sus casillas, no es menos cierto que pone en evidencia también, las violaciones a la ley comunes a los miembros de la AMET, y el trato desconsiderado a este.
Posteriormente, vino el traslado de la dotación completa de la AMET y la batahola que esto generó, a nadie le importó que fueran trasladados también las dotaciones de ese organismo en Santiago y Moca, es más fácil creer que el poder de El Querido se los llevó y punto.
El problema a partir de ahí, siguió siendo de palabras, El Querido, al parecer, quiso aprovechar el incidente para alcanzar algún nivel de figuración pública, más de 15 minutos de gloria al parecer buscaba y, se dio de bruces con sus propias palabras, todo una filigrana para, explicar, justificar o simplemente presumir de la «segunda base», un término, una palabra, poco feliz, para referirse a la querida, por muy querido que usted sea.
Lo demás, pura palabrería, los puritanos quejándose del desparpajo con que El Querido habló de la querida, algún que otro culpable haciendo gárgaras, por aquello de que, por muy cierto que sea, admitirlo es una barbaridad, los más sensatos pensando que, con sus declaraciones inflingia un daño, excesivo y por demás innecesario a su familia y, claro está, los que ven en el hecho una oportunidad para hacer política poniéndolo como ejemplo de las inconductas y prepotencia de los, «peledeses».
Poco importará para esos el hecho cierto de que, El Querido, podrá pasarse de contento, podrá decir más de lo que debe, hasta actuar contra si mismo en una que otra, pero cualquiera que lo conozca sabe, que prepotente no es.
Al final que las palabras, en su infinito poder, el de siempre, han puesto, en poco tiempo, al Querido en el centro del universo nacional, en el centro de las críticas a su actuación y, finalmente en un conflicto personal de imprevisibles consecuencias. Como si nada. Puro poder de las palabras.
La palabras tienen poder.

Luis Abinader y los riesgos del discurso liberal

Foto-de-Luis-Abinader

La candidatura de Luis Abinader que inicialmente generó grandes expectativas de convertirse en una verdadera opción de poder, perdió impulso por el manejo inicial, luego de su elección y al colocarse muy a la izquierda de los temas que dominan el debate actual.

Como decía esta misma semana Orlando Gil en su columna de Listín Diario, El Problema de Abinader, es claro que el sector de la sociedad civil y los notables, así como, digo yo, de los medios de comunicación proclives a su candidatura, parecen estarlo empujando a una agenda excesivamente liberal que va, a contrapelo de como marcha el país, o la mayoría de él, según las encuestas.

Asumir posición sobre el debate adelantado del tema de la homosexualidad, es un error en un país eminentemente conservador en donde las iglesias tienen mucho peso. Lo es también su timidez sobre el tema migratorio, tal vez para no desagradar a ese sector liberal, que ha sido, justo es reconocerlo, vital en su ascenso político, pero que no es suficiente para  ganar. El tema migratorio solo representa el 8 % entre los temas importantes para los electores, pero nos guste o no, ha dominado el debate nacional en el último año y medio y, según Gallup-Hoy, el 88 % de la población apoya en esta materia las acciones del gobierno.

Si el joven Abinader, que es sin dudas un político con condiciones, con capacidad y buena imagen, quiere de verdad hacer un papel más o menos decoroso en el próximo torneo electoral, está obligado a hacer girar sobre sus goznes su estrategia electoral, aún a riesgo de, momentáneamente, enajenarse un poco de ese polo liberal que le ha acompañado.

No es verdad que hoy en día, a diferencia de hace 15 años, por ejemplo, ser el candidato de la embajada haga ninguna diferencia en el electorado nacional, aún si lo fuera, cosa que dudo.

Abinader tiene que desmarcarse del sambenito de candidato desabrido, pero, sobre todo tiene que construir un discurso creíble sobre los principales temas que afectan al electorado, a la gente, que lo diferencie de la exitosa, a juicio de la mayoría, gestión del presidente Danilo Medina. Una estrategia en ese sentido tiene un costo, pero podría tener resultados positivos para su proyecto.

Esta semana, justo es decirlo, su campaña luce más enfocada en los temas del momento con planteamientos atinados sobre el tema de la delincuencia y sobre el tema educación, traído a cuento por el inefable ministro Montás, que ha puesto una banderilla innecesaria a su propio gobierno con el tratamiento dado al tema. Algo así como un autogol si estuviéramos en futbol.

Pero le hace falta más. ¿Dónde está la carne? Decía una publicidad hace años. Carne y entusiasmo que impacten a ese decisivo segmento joven al que, por razones de calendario, debería representar el candidato del PRM.

Competir con un gobierno y un presidente bien asentados en unos niveles de popularidad impresionantes, que la oposición contribuyó a generar mientras creyó que, “el diablo”, al que tendría que enfrentar era el ex presidente Leonel Fernández, no es tarea fácil, requiere construir un verdadero canto de esperanza que supere la imagen de la gestión actual o que, por lo menos,  la reposicione.

Luis Abinader tiene que apurar el paso.

El riesgo es quedar como una figura efímera y sin trascendencia en la vida política nacional, contrario a las expectativas creadas con su elección.

Ya veremos.

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